Hoy, 24 de Diciembre, a las 9h, en la gasolinera P. Telecom y J. Rominger se disponían ha realizar una extraordinaria navideña en el más amplio sentido de la palabra. También estaba allí Er Dergao aunque con automóvil ya que sigue peleado con el negro. Zulle, debido a obligaciones mayores "aconsejadas por su director deportivo" a última hora, lamenta mucho no poderse incorporar a semejante extraordinaria.

Para comenzar, al salir de la gasolinera, recorren algo menos de 1 km. para parar frente a la zona de abocatamientos donde acompañados por Er Dergao toman café, pastelillos navideños y, además, alguno se atreve con algún bebercio de estas fechas. ¡Si señor! La extra estaba comenzando a dar frutos en poco recorrido.

Al terminar, Er Dergao se despide, para volver a casa, con los dientes tan largos que arañó el suelo del local. Rominger y Telecom ponen piernas a la obra y mantienen un ritmo con el que llegan a conseguir una velocidad media de 22 km./h al llegar a Torre del Mar.

Tuercen para Vélez y aunque el frío estaba presente no se hizo notar mucho debido a que el sol acariciaba los culotes de los aguerridos globeros.

Con mucha cháchara y pedaleando lo justo llegaron hasta Benamocarra donde realizaron la segunda parada de la extraordinaria. Saludaron al camarero y dueño que ya nos estaba echando de menos y, tras abocatarse, prosiguen camino continuando con un agradable pedalear y animada charla.

Tras vencer el Alto de Iznate, puerto de 3ª, descienden hasta Cajiz donde realizan la tercera parada del día. Allí vuelven a saludar al personal, ya conocido, que abundaba en el bar La Curva y tras realizar las gestiones necesarias y oportunas vuelven, por tercera vez, a proseguir camino.

Al final terminan la salida de 53 km. con una media de 17 km./h. Todos sabemos que es poco pero menos han hecho los que no han salido. Pero ¿creía Rominguer que ya había terminado?, pues posiblemente, pero S. Olano y Er Dergao lo estaban esperando escondidos tras las lonas de la que sería la cuarta parada de abocatamiento de Rominger. Cuando Rominger estaba apunto de bajarse de la burra le salieron al paso para, entre vítores y aplausos, secuestrarlo y martirizarlo mediante habas con jamón, solomillo a la pimienta y gran cantidad de cervezas y vinos. Los verdugos afirmaron que no pueden consentir que el autobús entrene tanto y engordarán a quienes lo intenten. Al final, mártir y verdugos se fueron demasiado contentos y haciendo eses a sus respectivas sedes deportivas.

Lo que es indudable es que ha sido toda una extraordinaria.


Manuel García Casado