Detalle de la ruta en este enlace

Comienza una nueva temporada y llega la primera clásica dominical, "Uerta Chica Lajarquía", 53 Km. y mucha malas ideas por parte del personal. No hubo suficientes motos y el helicóptero dice que hasta las clásicas del llano no aparecerá.

En la salida: R. Riis, P. Virenque, J. Bugno, J. J. Virenque, A. EPO, Gentile, M. Chaba, J. A. TecnoIndurain, Ito Garmendia, E. Ullrich, S. Olano, Claudio Iopuchi, J. Rominguer, el Romin Jr, M. Equimov y M. Er Dergao hacían un total de 16 y por el camino debían recoger a Manolo el de Benajarafe y al tan esperado Titulos Pantani.

Nada mas comenzar, la primera caída, a Olano se le caen las gafas y Claudio que, solidario, se vuelve para ver que ocurría, pierde el equilibrio y, se da el talegazo. Mientras que Er Dergao, que iba detrás, pudo esquivarlo por poco, la Guardia Civil de Tráfico aplaude el espectáculo. Afortunadamente no tuvo ningún tipo de consecuencias e Iopuchi siguió camino.

El calentamiento fue rápido, demasiado rápido, cerca de Almayate se circulaba a 41 Km./h y Er Dergao tuvo que abandonar dicho calentamiento ya que aquello ya había comenzado a hervir, el eje del pedalier echaba humo y las piernas se le estaban desatornillando. En cabeza iban Iopuchi, R. Riis, Romin Jr., TecnoIndurain y Ullrich.

Por el camino Olano "Er Hinca" sufre el segundo percance, ¡tanto hincar!, ¡tanto hincar!, ¡coño! que partió el pedal. Después me dijo que además es que se le habían salido y caído las bolillas. Olano emprendió el viaje de vuelta sin pedal y sin sus bolillas, aunque mas tarde volveríamos a saber de él. 

En el reagrupamiento de Torre del Mar, el personal se pone nervioso, hay quien dice de salir y todavía no han llegado los últimos. Rominger no tuvo tiempo de parar y a M. Equimov ni siquiera lo vimos. Tras no esperar al último, comienza la marcha hacia Benamocarra, por el camino quedaron Olano, sin sus bolillas, y M. Equimov que hoy no subía y solo haría el llano.

Hacia Benamocarra se comienza a subir mas lento y gracias a ello se pudo reagrupar todo el mundo. Una vez en la parada de Benamocarra se vuelven a oír prisas y enfriamientos proponiendo que se formen dos grupos para siempre, uno con los buenos y otro con los malos. Er Dergao llevaba, todavía, el bidón lleno pues ni en marcha ni en las paradas se daba mucho tiempo a los últimos ni para beber, de hecho, Rominger al llegar a Benamocarra solo tuvo tiempo de poner un pie en el suelo antes de seguir.

Al alto de Iznate llegan, sin tener en cuenta los huecos, por este orden: Riis, P. Virenque, Iopuchi, Ullrich, TecnoIndurain, J. J. Virenque, J. Bugno, Gentile, Bajamontes, Romin Jr, A. EPO, Er Dergao, Rominger, Ito Garmendia y M. Chaba

Ni la vuelta ni el descenso nunca han sido mencionados en las crónicas y seguirán sin hacerse ya que basta que se mencionen para que algunos se piquen como si de un gran premio se tratara. Pero el descenso de hoy creo que si vale la pena comentarlo.

Con las prisas de siempre, sin esperar a que llegaran todos, algunos comienzan a descender hacia el cruce de Cajiz y otros deciden esperar a los últimos. Casi al final del todo aparece Olano subiendo por Cajiz hasta el alto de Iznate, tras llegar a su sede y dejar la Babosa, había cogido la Mauraora dispuesto a volver a unirse al grupo aunque fuera en el tramo final. Al llegar el último, M. Chaba con una "pájara" gorda, comenzó el descenso de los que se habían quedado a esperar. El grupo  decidió esperarlo a pesar de que er Chaba y sus camaradas habían provocado un calentamiento de los que saltan las lágrimas.

Tras un par de curvas, y antes de llegar a Cajiz, otra caída, Romin Jr. había decidido tomar una curva recta a mas de 60 Km./h.. Aparte de podar, un poquito, un olivo tampoco hubo consecuencias graves, ni leves. Por lo menos solo se cayó él sin arrastrar a nadie. Algunos alcanzaron velocidades mayores a los 73 Km./h y aparte del gran riesgo que esto aporta para los olivos, no es conveniente ni necesario. Romin Jr. habia pedido la bici y la ropa prestada, todo destrozado y a Rominger le faltó pegarle al Jr.

Una caída en descenso puede salpicar de sangre a las bicis de otros compañeros, lo cual es harto desagradable y se considera de mal gusto.

 


Manuel García Casado